Aceptación y resiliencia, cimiento de la felicidad.
Salvador Calva Morales
Perdonar a otros, perdonarse uno mismo, agradecer si llueve o si hace sol, si el vecino fue amable o si pasó malhumorado maldiciendo, meditar para salir de los juicios sobre todas las cosas, dejar de pensar si eso que pasó es malo y tener que enojarse porque no salió como me hubiera gustado, e incluso sobreponerse con el mejor ánimo a una larga enfermedad o a las secuelas de un accidente tienen un denominador común: aceptación y resiliencia.
Para nuestra cultura occidentalizada, no existe nada más difícil que la aceptación, ésta que es el primer paso para alcanzar la resiliencia, que es la capacidad de un individuo para enfrentarse a circunstancias adversas y recuperarse saliendo fortalecido- es de lo más importante que un individuo necesita para ser feliz.
“Aceptar la vida tal y como es te liberará del miedo al fracaso y de unas expectativas perfeccionistas”, asegura el doctor israelí Tal Ben-Shahar, catedrático de la Universidad de Harvard.
Sus teorías sobre Psicología Positiva han sido conocidas en todo el mundo a propósito del artículo de Peyró Jiménez, Patricia ( 20150616) “Seis claves para ser feliz, según la Universidad de Harvard”, publicado por el periódico español El País, y que puede ser consultado en http://goo.gl/6tTXkL.
Las seis claves consisten en: perdonarse los fracasos, agradecer todo lo que ocurre, hacer deporte, practicar meditación, enfocarse en lo que se hace sea ocio u trabajo y, finalmente, practicar la resiliencia. Visto así pareciera que la posibilidad de ser feliz está tan al alcance de la mano.
Lo cierto es que la consideración generalizada de que lo que ocurre es bueno u conveniente sólo se logra tras mucho esfuerzo.
Torres, Sergi (2015 marzo 1) “El desenfoque de los pensamientos”, recuperable en https://goo.gl/D8NNXS, ofrece las claves para alcanzar aceptación y resiliencia, sin que se convierta en un reto de vida.
Sergi Torres propone usar lo que pasa para encontrarse consigo mismo… descubrirme en mi total dimensión, con mis emociones inclusive, pero a condición de ser consciente de que yo soy quien origina los pensamientos y pone etiquetas de bueno y malo, lo que dispara mis sentimientos de enojo, miedo o angustia.
Si logro no sólo sentir la emoción, sino entender que la estoy originando desde mis pensamientos, sin tener que actuar en consecuencia, como verdugo, como salvador o como víctima de aquello que observo, entonces, y sólo entonces, podré atravesar eso “malo” que ocurre, primero aceptándolo, viviéndolo, sin tener que reaccionar o defenderme, tal como lo haría de acuerdo con la cultura occidental.
Queridos amigos, hoy puede ser un día si es que aún no has empezado; y hoy también puede ser un excelente día para continuar camino a la excelencia si es que ya empezaste.
No podemos darnos por vencidos porque algo nos salió mal y aparentemente el mundo se nos vino encima. Hoy es buen día para levantarse una y otra vez, o las veces que sea necesario.
Si aceptamos que la vida nos pone enfrente obstáculos para fortalecernos, entonces no habrá nada que nos desanime ni nos derrote. Sólo así pasaremos del bando de quienes no tienen límite… del bando de los resilientes.
Espero que me acompañen en la siguiente entrega y hago votos para que Dios esté con ustedes.
Salvador Calva Morales es rector de la Universidad Mesoamericana.
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