Iterativos.
Salvador Calva Morales
Necesitamos resignificar urgentemente lo que es el trabajo productivo.
Yo propongo que de ahora en adelante le llamemos iteración, pues se trata del acto de repetir un proceso donde cada repetición sirve como punto de partida para el siguiente, lo que permite alcanzar un resultado deseado.
Esto se utiliza comúnmente en matemáticas. Aplicar la función repetidamente, usando la salida de una iteración como la entrada a la siguiente, permite ir de lo simple a lo complejo.
También este concepto se aplica a la funcionalidad de un negocio, para el desarrollo de un proyecto. En cada iteración los componentes logran evolucionar el producto dependiendo de los completados de las iteraciones antecesoras, agregando más opciones de requisitos y logrando así un mejoramiento mucho más completo.
El análisis de una iteración se basa en la retroalimentación. Involucra el análisis de la estructura, modularidad, usabilidad, confiabilidad, eficiencia y eficacia para lograr alcanzar las metas. Conforme a la revisión continua de los resultados alcanzados con respecto a la meta del proyecto, las modificaciones son más fáciles de hacer. Y nunca se pierde de vista la opinión del usuario.
Con la iteración como perspectiva podríamos comprender cuáles tienen que ser los procesos que debemos seguir, por ejemplo, durante una jornada laboral.
El trabajo productivo tiene en México más bien una connotación negativa, acaso por ser un castigo divino para el hombre quien debe “ganar el pan con el sudor de la frente”.
Por eso los mexicanos tenemos que encontrar mejores palabras para definir trabajo.
Iterativos, pues, más que productivos, tiene que ser el arranque.
Los mexicanos no sabemos ser trabajadores, emprendedores, empresarios, para completar uno a uno los estadíos que nos permitan alcanzar el éxito productivo.
Sin duda alguna, tenemos una gran falta de cultura empresarial.
Para nadie es ajeno que muchos mexicanos emigran a la Unión Americana en busca de un mejor futuro. Algunos lo han logrado convirtiéndose en hombres prominentes de negocios, nombres sobran: Jaime Lucero, Julio Sierra, Carmelo Maceda, Félix Sánchez, Erasmo Ponce.
Lo que tienen en común todos ellos es precisamente haber sido iterativos. Como se dice vulgarmente “empezar desde abajo”, primero fueron trabajadores, buenos trabajadores, luego emprendedores y más adelante empresarios. La plataforma anterior fue el despegue de la nueva actividad, sin perder de vista las metas a alcanzar.
Cada uno puede y debe supervisar su desarrollo, mantenerse consciente de realizar las repeticiones que sean necesarias del mismo proceso hasta dominarlo, como base para pasar a una nueva etapa, en cada proceso hacer los ajustes necesarios al desempeño para mantenerse tan cerca como sea posible de la meta y, finalmente, no perder de vista la opinión del usuario final.
No está por demás resaltar que si todo esto lo trasladamos al ámbito moral, se podrá entender mejor el alcance y efectividad de lo que te vengo proponiendo: Al menos realiza diariamente un acto lleno de bondad, de tal manera que cuando termine la jornada y realices tu evaluación diaria, ese acto te provoque tal satisfacción que al día siguiente realices otro más, y así hasta crear una espiral llena de círculos virtuosos.
Así que, desde ahora, a ser iterativos.
Salvador Calva Morales es rector de la Universidad Mesoamericana.
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