viernes, 7 de agosto de 2020

Aquel 9 de agosto de 1986, hasta el cielo lloró la partida del profesor Jorge Murad Macluf

        · Como ve el edificio, preguntó...  está bonito su bunker, le contesté.
         · Los invito a desayunar, ¿les gustan los tamales? porque a mi sí.
Por Raquel Martínez Brenis
El domingo 9 de agosto se cumplen 34 años del trágico accidente en que perdió la vida el profesor Jorge Murad Macluf, no se si el mejor, pero sin duda alguna, uno de los mejores presidentes municipales que ha tenido Puebla. Fue un 9 de agosto de 1986, por la tarde noche, cuando al cruzar en su vehículo la avenida Juárez, un jovenzuelo irresponsable, hijo de un alto comandante de la XXV Zona Militar,  se pasó el semáforo en rojo chocando con el vehículo en que circulaba el profesor….    Al medio día de ese trágico 9 de agosto tuvimos una reunión con él. sin imaginar que sería la última vez. ..     Recuerdo cuando lo conocí, durante la campaña de don Guillermo Jiménez Morales. El primer día que platiqué con él me dejó la impresión de ser de carácter difícil: “mucho gusto señorita”, me dijo, con su potente y grave voz; ha caray me dije, creo que está enojado.  Sin embargo en el transcurso de la campaña conocí a una persona diferente a la primera impresión que me llevé, amable, atento y muy humano.  Ya durante el
gobierno de don Guillermo, cuando ocupó la Secretaría de Finanzas, lo salude únicamente cuando se inauguró el edificio de Finanzas, donde se encuentra actualmente. Como ve el edificio, me preguntó, está bonito su bunker, fue lo primero que se me ocurrió, soltando una fuerte carcajada, sí parece bunker, me respondió…     No tuve oportunidad de volver a platicar con él, sino  hasta la campaña por la presidencia municipal de Puebla y luego ya como alcalde tuve la oportunidad de tratarlo con más regularidad como reportera. Su trato hacia los medios siempre fue de puertas abiertas, atento, dispuesto a informar sobre lo que se le cuestionara…    Tuve la oportunidad junto otros compañeros de que nos invitara a desayunar en su oficina de Palacio Municipal. Les gustan los tamales y el atole, nos preguntó, porque a mi sí, vamos a desayunar nos dijo, diciendo y mandando por los tamales y el atole a la “Princesa”, un restaurante que estaba en el portal, sobre la 16 de septiembre, lugar donde hacían unos tamales inigualables…     Pues así era el profesor, lo que se conoce como un tipazo, fue más que un funcionario, un amigo para todos. El día que lo acompañamos a su última morada,  ese día,  hasta el cielo lloró su partida con una fuerte lluvia.  Sin duda el profesor Jorge Murad Macluf dejó un hueco muy difícil de llenar.




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