jueves, 29 de marzo de 2018


Consumir pescados y mariscos crudos pueden provocar enfermedades gastrointestinales.
            Þ Adquirir los alimentos el mismo día que serán preparados o refrigerarlos para evitar su descomposición por las altas temperaturas.
           Þ En caso de presentar vómito, diarrea, dolor abdominal o erupciones en la piel, es importante acudir a la Unidad de Medicina Familiar que le corresponda o al servicio de urgencias del Seguro Social.
         Þ El pescado contiene proteínas de alta calidad, aminoácidos y vitaminas que el organismo necesita en cantidad y proporción adecuadas.
Ante el incremento en el consumo de pescados y mariscos por la Cuaresma, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) exhorta a sus derechohabientes a adquirirlos el mismo día que serán preparados o mantenerlos refrigerados para impedir su descomposición debido a las altas temperaturas.
Rosa Iselda Yáñez Neri, coordinadora de Programas de Nutrición de la División de Promoción a la Salud en el Primer Nivel de Atención, recomendó consumir los alimentos completamente cocinados, al horno, al vapor o asados, y evitar la ingesta de pescados o mariscos crudos ya que pudieran ocasionar enfermedades gastrointestinales.
Dijo que, en caso de que el consumo de estos alimentos provoque vómito, diarrea, dolor abdominal o erupciones en la piel, es necesario acudir inmediatamente a la Unidad de Medicina Familiar que le corresponda o al servicio de urgencias del Seguro Social para recibir el tratamiento oportuno y adecuado.
Afirmó que la ingesta de pescado es buena para la salud, por su alto contenido de proteínas y aminoácidos que el organismo necesita en cantidad y proporción adecuadas.
Yáñez Neri detalló que el pescado contiene grasas saludables como el Omega 3, nutriente esencial para el desarrollo neurológico en los niños. Además, dijo, es rico en vitaminas A, D, E, B1, B2, B3, B12 y posee una amplia variedad de minerales como calcio, fósforo, hierro, potasio, sodio, selenio, magnesio y yodo, por lo que es recomendable su consumo.
Agregó que antes de consumir productos enlatados se debe revisar fecha de caducidad, etiquetado adecuado, que no presente abolladuras o esté abombada, porque significa que el producto puede estar en proceso de descomposición. Además, lavar las latas antes de abrirlas, para evitar  intoxicaciones y malestar estomacal.
 

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