martes, 29 de diciembre de 2015

COMPARTIENDO TU OPINIÓN

Educar y hacer patria, como Valentín Ccasa.
Salvador Calva Morales
Inspirado en el video: “Experiencia Educativa Innovadora, Paropata, Cusco” (https://goo.gl/HDSDzJ), quiero aportar algo de mi profesión como profesor de  educación media y media superior-; para todos aquellos maestros que realmente tienen la vocación de ENSEÑAR, de transmitir el conocimiento como objeto principal de nuestra carrera y que no se oponen a la evaluación, sino que ven ese proceso como una oportunidad de crecimiento y desarrollo.
Ataviados con gorros coloridos tejidos por sus madres, unos pequeños niños escriben en quechua lo aprendido ese día de los saberes ancestrales de sus vecinos. El maestro  Valentín Ccasa Champi ha dispuesto el aula como una pequeña asamblea: todos se miran a los ojos y se escuchan con atención.
Esto ocurre en un sitio que ni siquiera figura en los mapas de la región del Cusco,  en  Paropata, a 2,500 metros sobre el nivel del mar y a 25 kilómetros por camino de herradura del distrito de Combapata, provincia de Canchis. 
Por la mañana acudieron a visitar a personas de su comunidad quienes, gustosos, les enseñaron a los niños cómo medir por pasos, por cuartas, por brazadas, por puños, aprendizaje muy importante que les ayudará a realizar puntualmente las labores del campo y poder comerciar con sus vecinos.
Ambrosio y Victoria, se sintieron orgullosos de compartir su experiencia con los niños, quienes aplaudieron emocionados y agradecidos por la enseñanza.
Luego en clase repasan lo aprendido con su profesor Valentín Ccasa Champi. Los niños forman un grupo multigrado de primero a tercero y otro grupo de cuarto a sexto año de primaria. Todos hablan quechua y la clase es en su idioma original.
Después de escribir en quechua sus aprendizajes, más adelante, escriben también en español. Algunos otros de sus conocimientos son aprehendidos a través de canciones. Las paredes de la humilde escuela tienen frases en quechua y algunos dibujos hechos ahí mismo. Hay alumnos que caminan entre dos y tres horas diariamente para poder asistir a esta fiesta del saber.
¡Qué prodigio! La innovación educativa, como lo hace el maestro Valentín Ccasa Champi, consiste tan sólo en volver al sentido común en la enseñanza, a dotar a los alumnos de verdaderas herramientas para poder continuar con su vida.
Es maravilloso que la escuela no se convierta en una fuerza centrífuga que lleve lejos a los alumnos  -lejos de sí mismos, lejos de su comunidad, lejos de su realidad-, sino que les ayude a mantener identidad, que los empodere para convivir con los suyos, y que les ayude a traducir ese conocimiento para relacionarse, desde la armonía, la convivencia, el respeto entre compañeros grandes y pequeños, el respeto entre adultos y niños.
Y particularmente admirable es la verdadera vocación de Valentín Ccasa Champi, quien en el video que les he compartido al inicio de este artículo, concluye la narración de su experiencia con la frase: “Desde el lugar más difícil y adverso que estemos, podemos hacer patria”.
No importa si hay un modelo humilde, si es el verdadero modelo educativo, hay que saberlo reconocer y replicar.
Con el corazón conmovido por esa experiencia que ha difundido el Ministerio de Educación de Perú, te envío un cordial abrazo por estas fechas deseando que la paz y el amor reinen en tu corazón y que la bondad sea una característica de tu actuar diario.
Nos vemos en la próxima entrega.
Salvador Calva Morales es rector de la Universidad Mesoamericana.


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