miércoles, 28 de octubre de 2015

COMPARTIENDO TU OPINIÓN

En defensa de los animales en el circo.
Salvador Calva Morales
Mientras que en México están prohibiendo los animales en los circos, en China inventan una nueva artística y atractiva producción  de arte vivo  e insólito circo nuevo,  incorporando animales a la estética de las disciplinas circenses ejecutadas por seres humanos.
Sobre este tema conversé en mi programa de radio con Julio Revolledo Cárdenas, historiador del circo mexicano y director de la primera Licenciatura de Artes Escénicas y Circenses Contemporáneas de Latinoamérica, perteneciente a la Universidad Mesoamericana de Puebla, México; quien ha defendido -tanto ante el Congreso de nuestro país como en otras naciones latinoamericanas-  la presencia de leones, tigres, elefantes y caballos como parte de los espectáculos en circos.
¿Qué pasará con aquellas especies que hoy han sido proscritas de los circos?, le pregunto.
Hay que rescatar en futuras propuestas a los animales, a partir de proyectos artísticos que tienen otras naciones, eso puede generar una cultura mundial para regresarlos, propone.
En México lo vergonzoso es que se hubieran manipulado videos y pruebas por un puñado de politiquillos para justificar sus dietas en el Congreso y su acción legislativa, sin una investigación a fondo, en lo cultural, histórico, social y económico.
Hicieron que desaparecieran 400 empresas de circo, arrojaron a unas 15 mil personas a la calle sin trabajo, evitaron que los niños de pequeños poblados por donde pasan algunos de los circos tuvieran una clase de zoología viva, y sobre todo terminaron con una tradición que inició hace siglos con la interacción del hombre y el animal.
La medida de 13.42 metros de diámetro de la pista del circo obedece a un principio físico para poder ejecutar saltos acrobáticos en las ancas del caballo, asegura Revolledo mientras comenta: el surgimiento del circo, como espectáculo popular, fue en tiempos de paz, si bien los actos circenses formaron parte de los entrenamientos rituales y de guerra.
México goza del espectáculo, pero no tiene una cultura circense -lamenta- como pasa en Europa, donde se conoce a fondo del tema.
El animal enriquece por su hermosura, es una imagen impactante para el hombre.  En Rusia y China no se pone en cuestionamiento la presencia de los animales, lo entienden como la convivencia del hombre con el animal, eso permite ciertas técnicas de conocimiento milenario, que aquí dejaremos perder, explica y abunda.
Estas leyes absurdas le han quitado la fuente de trabajo a los médicos veterinarios especialistas en animales de circo, lo digo yo, Salvador Calva, que tuve la oportunidad de trabajar como médico veterinario, en mi etapa de estudiante en el zoológico de Chapultepec dirigido por el General y médico veterinario Manuel Cabrera Valtierra, mi Maestro por  varios  años. Y  después, ya como profesional tuve la gran oportunidad de trabajar con animales de circo, gracias a la confianza que depositaron en mí familias de gran tradición circense como los Atayde, los Esqueda, los Fuentes Gasca y muchos más.
Hay que decirlo también, si el problema era el maltrato, como se argumentó, debió haberse normado y supervisado el cuidado de los animales, tarea de la medicina veterinaria y hay que recalcar y cargar en sus conciencias que  muchos animales murieron en manos de las autoridades por tristeza, y eso no lo reportan, eso no lo dicen las televisoras ni se publica en los medios digitales, sólo enajenaron a la población con mitos y mentiras de proteccionismo.
Enojado, continúa Revolledo en la entrevista radiofónica: “los animales los usamos a diario en zapatos, nos los comemos, hacemos  pruebas teratogénicas,  y el único espacio que los conserva, el circo, ahí los prohibimos, donde la reproducción de los mismos se da más que en la vida silvestre, pues tiene la comida segura y no hay depredadores naturales para las crías”.
Es un mito el maltrato animal en el circo por el valor de compra que representa cada especie, por ejemplo un león, un tigre, un elefante. Un empresario no irá en contra de su inversión jamás, opino como médico veterinario que además pagan la atención médica sin reclamos ni regateos porque  saben del valor económico  de los animales, pero sobre todo, del afecto y cariño por los mismos, pues son como su familia.
No obstante –me dice Revolledo- he escuchado tonterías entre la gente ignorante que dice que las patas se les quema a un elefante para obligarlo a que se siente… quémale las patas a un elefante y te deja sin circo,  y de paso te mata. Tema por demás polémico entre la ignorancia y el poder legislativo, inútil discutir con el desconocimiento que hemos visto  porque es muy atrevido.
Pese a la opinión no documentada de muchos opino que: ¡Ojalá los animales vuelvan a formar parte de los espectáculos circenses! Ese día muchas personas, principalmente los niños, seremos los más felices sentados en un circo disfrutando de un espectáculo con animales.
Salvador Calva Morales es rector de la Universidad Mesoamericana.


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