Más allá de la uniformidad educativa y la alienación.
“Pobre de aquél que vive creyendo
que toda su grandeza radica y
se expande en el entorno
que lo redujo a esa forma de pensamiento”.
Abel Pérez Rojas.
Un señalamiento con mucha solidez hacia los sistemas educativos -como el que impera en nuestro país-, tiene que ver con la implantación de la uniformidad tanto en los planes y programas de estudio, la evaluación, el proceso de enseñanza aprendizaje y hasta en la forma de vestir y la edificación de las escuelas.
Lo anterior responde a una serie de criterios de dosificación del saber y control –léase poder económico, político y de masas- de quienes verdaderamente mandan a los administradores del sistema educativo formal y a sus jefes. Y es más bien ajeno a una auténtica intención de que las personas progresen a partir de su autoliberación a través de la educación.
En pocas palabras: la estandarización del conocimiento y de las personas, son etapas preliminares del proceso de alienación, cuyos resultados tienen que ver con el conformismo en la ignorancia y la indolencia, lo cual es característica común en las grandes mayorías al menos en países como México.
La estandarización y uniformidad enferman y oprimen a todos. Son insoportables para los seres humanos con sed de saber y conocimiento.
Asumiendo una mirada desde fuera, todo esto parece inconcebible en un mundo donde la única constante es el cambio con la consecuente caducidad de buena parte de nuestra instrucción, principalmente la vinculada con las costumbres y efímeras prácticas urbanas.
La educación permanente, vía el autodidactismo y el aprendizaje solidario, han sido siempre alternativas para desarrollar sendas de carácter educativo liberador.
Es en ese contexto en el cual debe entenderse el aprendizaje caótico, el saber alternativo, las organizaciones y comunidades educadoras presenciales y digitales (como Sabersinfin.com), los clubes de investigación, los círculos de debate y estudio, los barrios educadores, la labor de los chamanes y las abuelas del saber, sólo por mencionar algunos casos. Es decir, son una especie de aguas profundas en comparación con el océano superficial. Ahí sí hay toda una realidad educativa viva, en comparación con el anquilosado sistema educativo formal.
Cada loco está en su tema y buscando a otros iguales con parecidos intereses, o al menos con la disposición de compartir, en esa realidad formativa que he venido describiendo.
En el tejido vivo de la educación informal -y en algunos casos no formal- se van diseñando y nutriendo líneas independientes de investigación, abordajes pedagógicos y andragógicos por inclinaciones de saber casi generalmente asidos a los etapas y momentos vivenciales.
Lamentablemente es común que toda esta realidad nutricia se demerite y soslaye porque en sí es una postura filosófica socialmente incorrecta de la vida… debido a que no encaja con los esquemas educativos formales, y casi siempre es vista en los círculos de poder como una amenaza, porque no atiende al principio de que “todo se puede comprar y todo se puede vender”, aunque en realidad es germen de la evolución positiva.
En resumen, más allá de la uniformidad escolar y la alienación que de ella emana, hay un vasto universo que vale la pena andarse y apoyarle. ¿Se atreve?
Abel Pérez Rojas (@abelpr5) es doctor en Educación Permanente. Dirige: Sabersinfin.com.
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