martes, 12 de abril de 2016

El octogenario que quiere ser ingeniero por la BUAP
            · Es el aspirante a ingresar a la BUAP de mayor edad en el Proceso de Admisión 2016
Don Felipe Espinosa Tecuapetla tiene 79 años de edad. Es el aspirante de mayor edad del Proceso de Admisión 2016 de la BUAP. Su ilusión: estudiar Ingeniería en Procesos y Gestión Industrial, en San José Chiapa. “Estoy un poquito fuera de tiempo, pero aún a tiempo…”, expresa el hombre quien afirma que el éxito es la palabra que mejor define su vida, “porque todo lo veo realizado”.
-¿Qué lo motivó a estudiar una licenciatura a esta edad?
-Superación.
-Usted eligió a la BUAP…
-Sí, es una universidad de grandes proyectos…Allí hay almas de grandes proyectos.
Sus pequeños y oblicuos ojos se tornan acuosos. No hay en él imposturas. Es un ser transparente.
Hace 12 años, don Felipe sufrió un accidente. Este hecho fortuito lo motivó a continuar sus estudios, pues después de consultar a los médicos, terminó por curarse solo. Desde entonces valoró el conocimiento y quiso estudiar Medicina. Sin embargo, la dificultad para ingresar a esta carrera desvió su mirada hacia las ingenierías, que aunque duras –dice-, también son racionales.
“Es una gran cosa el estudio. El estudio es de las almas más poderosas que hay en este mundo, aprende uno muchas cosas”, refiere el hombre de piel morena cubierta de surcos, quien viste pantalón de mezclilla, camiseta blanca y sudadera gris, encima de ésta luce el mandil del trabajo.
Es padre de cinco hijos, uno de ellos ingeniero. Desde la muerte de su esposa vive solo. Es autosuficiente, pues afirma: “veo bien, oigo bien, razono bien y sigo trabajando. Este es mi gran capital y lo que me nutre es el trabajo y la ilusión”. Para demostrar la claridad de su memoria, inicia la lista de presidentes de México, de Manuel Ávila Camacho a la fecha.
La entrevista discurre. Fluye como río que salta y canta.
Oriundo de la ciudad de Puebla, de joven trabajó la tierra, conoció la fábrica y sus inquietudes por observar de cerca la vida del Ejército lo llevó a ingresar a éste en 1962. Hoy es comerciante. Vende cebollas, chile, limón y tomates en Tepeaca, Cholula y la Central de Abastos.
“A nadie le platico que voy a estudiar, porque nada más se me quedan viendo, piensan que estoy mal de la cabeza. ¡A mis años!, pero yo tengo una forma de superar todo solo. Me siento realizado, contento, feliz. Me llega una fuerza…”
Su voz cobra en efecto fuerza. Irradia energía. Sus manos denotan trabajo. Se mueven, se posan en sus rodillas. Habla, habla, habla. La palabra lo define.
-¿Qué va a hacer cuando termine su licenciatura?
-Darle gracias a Dios, porque me da fuerzas para salir adelante.
-¿Cómo se siente?
-Muy motivado. El estudio va a ser mi compañero. Estoy acostumbrado a trabajar y podré hacerlo todo.
El hombre de 1.59 metros de estatura –su medida para calcular y dimensionar otros espacios y formas, dice-, de 79 años de edad, aspirante a ingresar a la BUAP para cursar la Licenciatura en Ingeniería en Procesos y Gestión Industrial, una de las cinco que conforman la nueva oferta educativa de la BUAP, reafirma su convicción de estudiar.
“Todos me preguntan mi edad, que si voy a poder, pero yo sólo digo: ‘acabo de nacer, porque lo que estoy viviendo es el inicio, de aquí para adelante’. Un poquito fuera de tiempo, pero aún a tiempo”.


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