Ponerse en los zapatos, no; en el cuerpo del otro.
“Vestir tu piel
si así soy uno contigo,
fusión que aterra por el peso,
cumbre anhelada que doblega al débil”.
Fragmento del poema Reminiscencia Pagana (APR)
Abel Pérez Rojas
Dicen que para comprender a profundidad al otro es necesario calzar sus zapatos. Sólo de esta manera se tiene una aproximación de uno mismo en la otredad y de la cualidad del yo –de mí- en el otro. Yo creo que hay que ir más allá.
Esto, que parece un juego de palabras del mundo sutil y que difícilmente aterriza en cosas prácticas que nos permitan contar con referentes más accesibles a todos, hoy, gracias a la tecnología, se ha logrado recrear en un escenario futurista personalizado.
Hace unos días El País TV retomó un vídeo de CNBC, por el cual se presentó a la audiencia mundial un traje diseñado por Jennifer Rosenbaum, de Genworth Financial para recrear la acumulación de años en todo el sistema motor. El desarrollo tecnológico se llama traje de envejecimiento R70i.
Rosenbaum describe en pocas palabras a R70i: “es una herramienta para enseñar a los jóvenes los efectos del envejecimiento a fin de generar empatía”.
Por lo que aprecié en el vídeo (http://goo.gl/9wOvcv) el diseño emplea un sistema muy similar al de los exoesqueletos sólo que en valores inversos. Así, quien decide vivir la experiencia, sentirá la restricción en las articulaciones y, en consecuencia, lo difícil que es ascender o descender una escalera o cómo, en esas condiciones, es una hazaña lograr tareas tan simples como cruzar una calle.
Me llama la atención que tan sólo en el foro que acompaña en el rotativo español a dicha publicación, se compartieron comentarios diversos y encontrados.
Por ejemplo, algunos lectores señalaron acertadamente que el fondo del planteamiento de R70i no es nuevo, pues en algunos centros de capacitación para futuro personal geriátrico se han desarrollado diversos ejercicios con tal fin y sin el auxilio de tanta tecnología; porque el punto es el mismo: crear consciencia en la vulnerabilidad del otro.
Por supuesto que difícilmente se logrará recrear totalmente la experiencia del otro -en este caso del anciano o de la persona con discapacidad- a pesar de que en la construcción de R70i se usó tecnología de punta; porque el ser humano en su conjunto complejo de sistemas.
Es decir, vemos como la analogía para ejemplificar la empatía de ponerse en los zapatos del otro es insuficiente.
No basta con ponerse en los zapatos del otro, porque habría que ponerse en la piel del otro, habría que cargarse los años del otro y después de ello –emerge como otra variable que cambia todo- cada uno vive la experiencia a su modo, desde su muy particular ángulo de combinación entre el libre albedrío y el desarrollo de las circunstancias.
Estoy seguro que pronto, siguiendo la intención de los creadores de R70i, veremos algunos sistemas que nos permitirán aproximarnos a la experiencia de vida del otro, de los otros, aunque estoy seguro que después de ello y no obstante de la sofisticada tecnología que se emplee, llegaremos a la conclusión de que son insuficientes por la complejidad que encierra el misterio del ser humano.
¿Qué le parece?
Abel Pérez Rojas (@abelpr5) es doctor en Educación Permanente. Dirige: Sabersinfin.com.
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