· El financiamiento del sistema privilegia el gasto en reacción y no en prevención.
· Necesario rediseñar programas de vivienda para hacer hogares resilientes a desastres naturales.
México es un país naturalmente vulnerable ante desastres naturales de carácter climático y esa vulnerabilidad será mayor conforme se hagan presentes las secuelas más intensas del cambio climático: huracanes inundaciones y periodos de sequía más amplios.
Estas son algunas de las proyecciones que hacen organismos internacionales y científicos, de acuerdo con el cuaderno de investigación “La vulnerabilidad de México ante el cambio climático: una revisión del Sistema Nacional de Protección Civil”, elaborado por investigadores del Instituto Belisario Domínguez
Aunque en México se ha avanzado en diversas políticas para atender los desastres naturales y de otros tipos, en su conjunto las políticas, se han enfocado en tareas de reacción y recuperación, en lugar de promover la prevención.
En el estudio se indica que el diseño y reglamentos del Fondo Nacional para Desastres favorecen el gasto en reacción, prevaleciendo espacios para su uso discrecional. Por ello, se recomienda revisar la normatividad para cambiar esta relación.
Asimismo, los investigadores del IBD recomiendan revisar las políticas asociadas al sistema para preparar al país en casos de desastres, entre éstas: garantizar la cobertura y el funcionamiento de los sistemas de alerta temprana y monitoreo; procurar que los gobiernos locales cuenten con planes de emergencias y atlas de riesgos actualizados y accesibles; y rediseñar los programas de asentamientos humanos para crear zonas resilientes, entre otras.
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