Þ La salud no es un privilegio, no es una mercancía, es un derecho de las personas y responsabilidad del gobierno.
Þ El secretario de Salud dijo que se requiere una forma revolucionaria de acceso a los servicios.
Þ No necesitamos de mercaderes del más allá, de boroneros de la enfermedad.
Þ Asegura el titilar de la SS que el Seguro Popular no se enfocó en la prevención de enfermedades o la promoción de la salud.
El secretario de Salud, Jorge Carlos Alcocer Varela, afirmó que se tiene la intención de posicionar a México como líder en salud global, para lo cual se requiere una forma revolucionaria de acceso a los servicios que cumpla con el uso racional y eficiente de los recursos, la tecnología y la innovación.
Durante la primera mesa de trabajo de las audiencias públicas de parlamento abierto con miras a la creación del Instituto de Salud para el Bienestar, titulada “La Transformación del Sistema de Salud Pública”, afirmó que la salud no es un privilegio, no es una mercancía, es un derecho de las personas y responsabilidad del gobierno.
“No necesitamos de mercaderes del más allá, de boroneros de la enfermedad, guardianes de padecimientos o comerciantes codiciosos de la salud, sino reconstruir la política en la materia para despertar de cualquier somnolencia dogmática y escoger el trabajo con la comunidad que refuerce la sociedad, sus convicciones y recuperemos el futuro”.
Señaló que el sistema de salud de México está muy fragmentado, segmentado, debido a las políticas que, bajo regímenes anteriores, fueron una fuente de corrupción e influencias, abandonando los servicios de las comunidades.
Por ello, dijo, es necesario reconstruir la política de salud y esto se logrará con el espíritu del lema incrustado en la declaración de Alma-Ata: salud para todas y todos. Además, garantizar en el artículo 4° constitucional que los servicios de salud y los medicamentos sean accesibles, estén disponibles para toda la población, independientemente de la situación socioeconómica.
Esto se logrará, dijo, implantando el modelo de atención primaria a la salud, federalizando el sistema fragmentado que tenemos hoy, organizando la regulación y fortaleciendo la industria farmacéutica nacional y la investigación innovadora. “No hay otra”.
Mencionó que el Seguro Popular no se enfocó en la prevención de enfermedades o la promoción de la salud. Aunque fue la propuesta para resolver los problemas de la población desprotegida, las personas afiliadas y los millones de no afiliados, carecen hoy de acceso a la atención médica de manera oportuna y de calidad.
“Se trató, indudablemente, de una estrategia en alianza con el capital privado que buscaba beneficiarse de las enfermedades, más que tratarse de una institución social sólida que ofreciera servicios de atención universal a todas las personas vulnerables, a todas las que han pasado a ser vulnerables y a las no trabajadoras”, indicó.
“Se trató, indudablemente, de una estrategia en alianza con el capital privado que buscaba beneficiarse de las enfermedades, más que tratarse de una institución social sólida que ofreciera servicios de atención universal a todas las personas vulnerables, a todas las que han pasado a ser vulnerables y a las no trabajadoras”, indicó.
Resaltó que “algunos siguen viendo a la salud como una oportunidad para que el sector privado colonice mercados vírgenes. Esto está cambiando, el sector privado está haciendo su aportación”.
Hizo un llamado a la acción por parte del Estado, porque sin condiciones integrales y de calidad no hay derecho a la salud, especialmente para aquellos que están en una situación vulnerable. “No podemos limitar la salud a un conjunto de paquetes y medidas como lo propone el Seguro Popular”.
Con el Instituto Nacional de Salud para el Bienestar, dijo, es momento de mirar al futuro, hacia los próximos 40 años. Ésa es la tarea, el camino no es fácil, exige perseverancia y compromiso.
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