Desaprovechado el valor didáctico de Twitter.
“¿Por qué no en 140,
si con 2 letras nada es igual?
Abel Pérez Rojas.
El desconocimiento de las bondades de la hiperbrevedad, la abundante novatez en entornos virtuales y la relativa baja penetración de Twitter en ciertos sectores, han provocado el desaprovechamiento didáctico de esa aplicación web.
No obstante que año con año crece el número de personas inscritas en las redes sociales, aún existe cierta reticencia a explorar los usos didácticos que pueden extraerse de dichos contextos. En igual medida se incrementan los señalamientos –principalmente de padres y profesores- en el sentido de que éstas sólo sirven para que las personas pierdan su tiempo.
Por otra parte, cabe mencionar que en el caso específico de nuestro país, de acuerdo con diversas encuestas realizadas en los últimos años, nos hemos enterado que existe una predilección de nuestros connacionales por Facebook, por encima de cualquier otra red social. Amén de que la mayoría del tiempo que pasan los mexicanos en Internet es en las redes sociales, primordialmente en el sitio del pulgar levantado.
A pesar de la posibilidad de distraernos con usuarios ajenos a los ejercicios emprendidos por grupos de estudio, en diversas latitudes existen experiencias exitosas del uso didáctico de las redes sociales, en este caso Twitter.
Twitter es un servicio de comunicación a través de mensajes de no más de 140 caracteres que reúne las virtudes de los blogs, de las redes sociales y de la mensajería instantánea. Por si fuera poco ahora a los mensajes de se pueden agregar fotografías y vídeos.
A primera vista parece una limitación insalvable interactuar con mensajes cortos, pero esto con la práctica se va convirtiendo a fin de cuentas en la oportunidad de practicar nuestra capacidad de síntesis como emisores, y de asociación de ideas, comprensión y análisis por parte de los receptores.
Pero hay mucho más que el simple hecho de escribir y leer brevemente.
Son múltiples los ejercicios que se pueden desarrollar con las herramientas de Twitter, desde relatar que se narran en tiempo real sucesos históricos –como lo hace @RealTimeWWII con la segunda guerra mundial- hasta ejercitarse en la literatura hiperbreve como se hace con el hashtag #HBreves.
En el campo de la filosofía, por ejemplo, los miembros de algunas comunidades interesadas se comprometen a publicar periódicamente mensajes abordando diversas cuestiones asumiendo la postura teórica de algún gran pensador o sosteniendo debates.
Basta con indagar en algún motor de búsqueda para hallar diversos materiales que dan cuenta de las múltiples experiencias del uso de Twitter con fines didácticos tanto en el ámbito de la educación formal como en la informal.
Por supuesto el uso de ésta y otras herramientas digitales está supeditado a la conectividad, a contar con el equipo necesario y a un entendimiento mínimo de cómo operan este tipo de entornos virtuales, pero tal vez la principal barrera sea que Twitter, a diferencia de otras redes sociales, implica un esfuerzo de clarificación de las ideas.
Valdría la pena hacer una autoevaluación de en qué estamos destinando nuestro tiempo en redes sociales y atrevernos a experimentar con nuevas formas de interacción inteligentes. ¿O no?
Abel Pérez Rojas (@abelpr5) es doctor en Educación Permanente. Dirige: Sabersinfin.com.
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