lunes, 21 de agosto de 2017

40 por ciento de la población en México, jamás ha visitado una librería y 13 por ciento nunca ha leído un libro.
           Þ Necesario impulsar hábito por la lectura mediante estímulos fiscales que permitan parcializar el costo de los ejemplares.
           Þ El bajo nivel de lectura en el país se relaciona con la situación económica, la mayoría de la ciudadanía vive con menos de cinco salarios mínimos
En México, 40 por ciento de la población jamás ha visitado una librería, y 13 por ciento nunca ha leído un libro, por lo que es necesario impulsar el hábito de la lectura mediante estímulos fiscales que permitan parcializar el costo de los ejemplares.
Ante ello, el diputado federal Ulises Ramírez Núñez, impulsa una iniciativa que reforma la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal y a la de Fomento para la Lectura y el Libro para que las secretarías de Hacienda y Crédito Público (SHCP), la de Cultura y la de Educación Pública (SEP), determinen dichos estímulos fiscales.
Consideró fundamental que el gobierno federal incida positivamente en la estrategia de fomento a la lectura y que todas las tiendas de libros ofrezcan el mismo producto a un sólo precio y parcializando el costo a igual número de meses, de acuerdo al monto de la compra.
El legislador manifestó su preocupación por que la política emprendida por el Gobierno federal no ha permitido acercarse al ideal de ser una sociedad con un hábito lector mucho más desarrollado. “Mientras en el 2006 la gente en México leía en promedio 2.6 libros al año, para 2016 el promedio se ubicó en 3.8 ejemplares, muy lejos de los 12 que se leen en Alemania”.
El bajo nivel de lectura en el país se relaciona con la situación económica, la mayoría de la ciudadanía vive con menos de cinco salarios mínimos, por lo que adquirir un libro podría clasificarse como un artículo de lujo, lo que coloca al lector en la disyuntiva de comprar un ejemplar o atender las prioridades de su hogar.
Refirió que un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en 2014/2016, denominado “Hábitos de Lectura”, coloca a México en el puesto 107 de 108 naciones y revela que el tiempo semanal dedicado a esta actividad es de 5.5 horas, mientras que en India o Tailandia es de 10.7 y 9.4 horas a la semana, respectivamente.
Ramírez Núñez propone adicionar la fracción XXXI al artículo 38 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, para establecer que SHCP y la SEP, en la determinación de sus criterios generales, establecerán estímulos fiscales y financieros necesarios para impulsar la lectura.
Sobre el artículo 41 Bis, plantea adicionar la fracción XXIV, a fin de señalar que las secretarías de Cultura y la SHCP, determinarán los criterios generales de los estímulos fiscales y financieros necesarios para el fomento a la lectura y los libros.
Agregar una fracción III al artículo 6 de la Ley de Fomento para la Lectura y el Libro, para estipular que la Secretaría de Cultura y la SEP, de manera concurrente y considerando la opinión y propuestas del Consejo Nacional en la materia, definirán el número de meses en que los vendedores de libros podrán parcializar el costo de las obras mencionados en los artículos 22 y 26 del presente ordenamiento.
La intención, dijo, es que esas dependencias lideren un proceso de negociación con la “cadena del libro” para definir un esquema de parcialización del precio de los ejemplares, en condiciones de competencia para quienes se dedican a esta actividad, así como incentivos fiscales a quienes potencialicen esta reforma.
“Nuestra nación no podrá transitar hacia una democracia consolidada si la ciencia y la cultura, como formas del conocimiento, no son parte de la cotidianidad. En consecuencia, la iniciativa deberá incidir positivamente en la compra de más libros y con ello elevar el hábito de la lectura en la sociedad mexicana”, enfatizó.


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