viernes, 15 de enero de 2016

COMPARTIENDO TU OPINIÓN

Desandar el camino.
Salvador Calva Morales
Sin poder contestar a la pregunta, yo también la suscribo: “¿Por qué estamos enfrentando tantos problemas serios a pesar de haber amasado tanto conocimiento, creado tanto poder/habilidades y nos hemos hecho tan “inteligentes”?
Así lo dijo durante una  conferencia el  profesor Prof. P. Krishna, (1997) La Educación Correcta para el Siglo XXI recuperable en http://www.pkrishna.org/spanish/right_education_spanish.html, y que ofreció ante el XXII Congreso Internacional Montessori que se realizó en la Universidad de Uppasala, Suecia,  en su calidad de ex-Rector del Centro de Educación de Rajghat, Fundación Krishnamurti de la India.
Han pasado 18 años al día de hoy, y me asombra que apenas vamos entendiendo por qué hay que desandar el camino.
Recordarán que mi preocupación y ocupación central en mis  discursos cotidianos ha girado en torno a la DESHUMANIZACIÓN.
P. Krishna lo apunta de esta manera: “estamos produciendo seres humanos desproporcionados, desequilibrados: muy avanzados, muy listos, muy capaces en su intelecto pero casi primitivos en otros aspectos de la vida”.
Egresamos de las instituciones educativas como robots con tecnología de punta, sin sentimientos, sin espíritu conciente, ni alma fuerte, para acabar pronto: carentes de los mínimos valores humanos.
Entre líneas se adivina que nuestra humanidad no apuntó al desarrollo humano sino al desarrollo económico y por eso tenemos el poco satisfactorio resultado de todos conocidos.
Y propone: “la educación del siglo XXI debe por lo tanto, encargarse no del ‘mayor progreso’ sino de una transformación interior de la conciencia del ser humano”. Humanizarnos.
Apunta algunas posibles soluciones como evitar los nacionalismos -que todavía no logramos del todo-,  propone estimular la duda y que cada uno aprenda, porque según dice el profesor Krishna el aprendizaje es infinito y la enseñanza limitada, cultivar la cooperación, sensibles al trabajo en equipo –ahora eso lo facilita la tecnología-.
Que cada uno sea capaz de discernir qué es verdadero de qué es falso, así como un desarrollo integral de todas las facultades, donde la felicidad, el bienestar físico y el confort también sean partes necesarias.
En su largo discurso el profesor Krishna va más allá y dice:
Cuando enseñamos a los niños a trabajar por una recompensa y no por el gusto de trabajar, les estamos enseñando a separar el trabajo del placer. Tal mente es energizada solamente cuando hay recompensa, de otra forma vivirá en un estado de aburrimiento. El arte de vivir consiste en regocijarse de lo que uno hace, independientemente de los resultados que ofrece.
Me queda  claro, amigo lector, que hoy en día no tenemos una educación así promovida por las autoridades. Pero también me queda claro que las escuelas, los maestros y los padres de familia tenemos la responsabilidad y obligación en nuestras manos y la luz del conocimiento, si queremos humanos y no robots, para encontrar un mejor cause y forjar el carácter de los hombres y mujeres del mañana.
Ojalá que todos aportemos nuestro granito de arena, y transcurridos otros 18 años podamos decir: ¡qué bien, sí, lo logramos!
Nos vemos en mi siguiente entrega, y recuerden que un simple acto de bondad diario puede dar luz y alegría inconmensurable. Bendiciones a todos.
Salvador Calva Morales es rector de la Universidad Mesoamericana.


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