LA GRAN ESTAFA DE LAS AFORES
QUE NO LE DIGAN, QUE NO LE CUENTEN
Juan José Morales
Las Afores y el gobierno, a través de su publicidad, instan a los trabajadores a hacer aportaciones voluntarias para incrementar sus ahorros en esas instituciones y así tener —dicen— una pensión mayor al llegar a la edad de retiro. Pero, que no le digan, que no le cuenten.
Aunque hagan esas aportaciones extra, a los trabajadores mexicanos que ahorran para el retiro en alguna Afore les espera un futuro sombrío, con pensiones insignificantes y el consiguiente deterioro de su nivel de vida.
Si alguien creyere que exageramos, vale la pena citar lo que al respecto dicen dos expertos en la materia: Lúar Moreno Álvarez, doctor en Física Aplicada y Especialista en Modelación Estadística, y Emmanuel Ameth, analista económico y en inteligencia de mercados.
En un artículo publicado en la conocida revista Forbes en enero del año pasado, señalan que los rendimientos alcanzados por el dinero de los trabajadores depositado en las Afores desde que se estableció el sistema en 1997 son insignificantes, a tal grado que para fines prácticos equivalen a nada. Citan los autores datos de la Asociación Mexicana de Afores (Amafore), según los cuales el rendimiento ha sido de 6.35% anual. Traducido a pesos y centavos, significaría que por cada cien mil pesos ahorrados entre 1997 y 2014 el trabajador habría acumulado 71 000 más gracias a los rendimientos, lo cual parece satisfactorio. Pero es una ilusión, pues el dinero vale cada vez menos debido a la inflación. Si se toma en cuenta ese factor, explican Moreno y Ameth, resulta que el rendimiento anual promedio real es de apenas 0.93%. No llega siquiera a un magro 1%. En la práctica los cien mil pesos del fondo de ahorro sólo generaron $9 300 a lo largo de más de tres lustros.
Pero las Afores —añade el artículo de Forbes— “se han enriquecido a costa de los trabajadores, quienes observan indefensos cómo la inflación consume los pobres rendimientos generados junto con sus demás aportaciones… Y la Comisión Nacional de Sistemas de Ahorro para el Retiro (Consar) es cómplice de esta jugarreta.”
Más todavía. Comentan Moreno y Ameth que, como decíamos las autoridades instan a los trabajadores a realizar aportaciones voluntarias a sus fondos de retiro, con el señuelo de que en esa forma tendrán más dinero ahorrado y por ende una pensión mayor cuando se jubilen. Eso, desde luego, es sumamente conveniente para los bancos que están detrás de las Afores, ya que cobran altas comisiones independientemente de si acumularon utilidad positiva o negativa, y muy conveniente también para el gobierno, ya que al adquirir certificados de deuda pública los respalda con esos recursos, con el dinero de los trabajadores. Pero para éstos, hacer aportaciones voluntarias a su fondo de retiro es una mala inversión.
En estas condiciones, “los trabajadores que se pensionen mediante Afores muy probablemente perciban un ingreso nominal aparentemente superior al de la suma de sus ahorros, pero donde el rol que juega la inflación les demostrará que aquello que reciban alcanza para adquirir menos bienes de los que pueden adquirir hoy en día y mucho menos de los que pudieron adquirir en el año 1997 con el mismo ahorro.”
Percibirán “tan sólo la tercera parte de su salario actual, lo que les impedirá acercarse al nivel de vida que se acerque a las condiciones mínimas de bienestar, una línea donde actualmente se encuentran 90 millones de mexicanos que viven en condiciones de pobreza y vulnerabilidad.”
Y concluyen su artículo con estas palabras: “Las Afores son la gran estafa elaborada en perjuicio de los trabajadores, donde, además, la autoridad es cómplice y promotora de la misma.”
Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx
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