lunes, 27 de julio de 2015

COMPARTIENDO TU OPINIÓN

Después de estudiar, seguir estudiando.
Salvador Calva Morales
El reto del universitario que terminó una carrera es demostrar sus conocimientos en el campo de la realidad, en el sitio y el momento donde esté, así hayan pasado 20 años después de haber estudiado. Esto es eficiencia.
Algunos profesionistas pretenden que una vez que concluyen, ya tienen un título para ejercer que les va a durar toda la vida.
Otros prefieren adelantarse a la competencia tomando una especialización en algún tema a través de un posgrado. En realidad el estudio, amigos míos, estudiar está más allá de las aulas, estudiar es para toda la vida. Quien termina una carrera sabe que afuera, en el campo laboral ya no hay maestro, y el jefe tal vez sepa y le enseñe, o tal vez no, porque ese no es su campo, y el profesionista se contrató para desempeñar con eficiencia una tarea específica, ya no se trata de una tarea escolar, no hay copy-paste, no hay a quien plagiar… entonces el crisol de la realidad te prueba, te forja y -como los toros-, puede ser que logres hacerle una buena faena.
 Si bien, la carrera universitaria es sólo un punto de partida, un marco teórico que cada universidad brinda, algunas te dan más herramientas otras menos, pero cuando sales al mercado de trabajo si fuiste bueno, malo o regular solamente estas enfrentado a la realidad y sus demandas.
Ahí, al profesionista le corresponde, en todo momento, probar sus conocimientos, ese modelo de solución que le proveyó su carrera, y confrontarlo y recrearlo ante la realidad que le toca enfrentar, y que puede cambiar en cualquier momento para dejarnos fuera si no estamos considerando los avances de la ciencia, como se transforma la sociedad, o la vertiginosa carrera tecnológica. Por eso es importante después de estudiar, seguir estudiando.
¿Cómo?
Bien, la ciencia tiene métodos que podemos aplicar, como contrastar las experiencias personales con lo que dice la teoría, entender como cambió el contexto histórico, social o natural, informarse sobre los avances en su campo, encontrar las diferencias en lo semejante y las semejanzas en lo diferente, incluso darse la oportunidad de escuchar a otros, ya sea de la misma rama o de un área diversa.
Daniel Innerarity , en su libro la Democracia el conocimiento: por una sociedad inteligente (2010), hace una precisión en este tema: “Una sociedad del conocimiento y la innovación desplaza los anteriores ideales de formación –ser prefecto, estar bien informado y ser crítico- hacia una nueva competencia que solemos llamar creatividad y que podría entenderse como la capacidad de modificar nuestras expectativas cuando la realidad las desmiente en lugar de insistir en decirle a la realidad lo que ésta debería ser”.
Perder de vista esto hace que nos quejemos de la crisis, de la falta de oportunidades, pero para quien aborda su trabajo con sus viejos conocimientos, con los nuevos cambios, y tratando de dar respuestas creativas, en realidad enriquece y hace trascender a la sociedad en la que vive. Por eso hay que estudiar, y luego seguir estudiando, al menos ser responsables de continuar en la actualización mientras se ejerce, es decir, mientras estés ejerciendo no puedes dejar de estudiar... Eso es Responsabilidad laboral.
Salvador Calva Morales es rector de la Universidad Mesoamericana.



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