martes, 27 de septiembre de 2016

La BUAP, institución pionera en el compromiso social de alfabetizar
· Con las campañas de alfabetización se han beneficiado a más de 5 mil habitantes de comunidades marginadas del estado de Puebla

A través del Centro Universitario de Participación Social (CUPS), la BUAP extiende la acción universitaria al ámbito social, de manera particular en comunidades con alta marginación social del estado, desde donde contribuye a disminuir el rezago educativo mediante tres programas: alfabetización y trabajo comunitario, bibliotecas comunitarias y escuelas comunitarias y seguridad alimentaria. A la fecha, han sido beneficiados más de 5 mil habitantes que hoy saben leer y escribir.
Tetipanapa, Pizarro, Ciénega Larga, La Yerba, Ajolotla, Capulaquito, Rincón de Chila, Tapayula, Zoyatla y Mamiquetla…no son más nombres extraños, ni geografías distantes para los universitarios que como Román, Benjamín, Samantha, Rebeca y Xananine –estudiantes de preparatorias de la BUAP- formaron parte de los 93 alumnos que participaron en la Onceava Campaña de Alfabetización 2016, desarrollada en 48 comunidades de cinco municipios de las sierras Norte y Nororiental del estado, donde fueron certificados en lecto-escritura 613 personas.
De forma paralela, durante las nueves semanas de alfabetización, en la campaña 2016 los universitarios realizaron 69 talleres, con la participación de mil 532 niños de entre 3 y 16 años; así como 163 talleres comunitarios, encaminados a proponer alternativas al uso y aprovechamiento de cosechas de la región, en los cuales participaron 2 mil 572 personas. Asimismo, se llevaron a cabo ferias de lectura en las bibliotecas comunitarias de la zona, que incluyeron talleres, un curso de regularización para niños con bajos niveles de lectura y escritura, y cursos de inglés, con un total de 5 mil 085 personas beneficiadas.
«El mundo no sería mundo sin palabras»
La tarea del alfabetizador no es simple. Primero han de buscar, casa por casa, a quienes enseñarán a leer y escribir. Algunos dicen que sí, pero no van; otros no quieren, pero después de insistirles, acceden. Una casa particular, el centro de salud, la escuela, cualquier espacio puede cobijar el sonido, la grafía, que habrá de convertirse en la palabra generadora.
En un inicio, el proceso es también difícil para los educandos. Cinthya, una compañera de Benjamín, tenía un alumno que no asociaba correctamente los nombres de los colores. Xananine, a su vez, otro que no recordaba cuándo había nacido, el nombre de algunos colores o escribir su nombre.


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